El paisaje cacaotero, hábitat de especies de fauna silvestre en el Caquetá.

El paisaje cacaotero, hábitat de especies de fauna silvestre en el Caquetá.
Las labores de monitoreo de la biodiversidad en 13 veredas del municipio de Puerto Rico, están siendo lideradas por jóvenes en el marco de un proyecto de conservación del bosque.
Kevin tiene 14 años, vive en la vereda Villa Marta del municipio de Puerto Rico, Caquetá y desde hace un año, dedica el tiempo libre a apoyar a su mamá Kelly Johanna Granja, en las labores de un cultivo de cacao y a observar animales silvestres, luego que fuera vinculado a un proyecto de conservación y protección de la biodiversidad en predios de familias productoras de este fruto, financiado por el programa Amazonía Mía de la USAID e implementado por la Red Cacaotera.
Al igual que él, un grupo de 40 niños y jóvenes hacen parte de esta iniciativa que consistió en generar acciones de conservación y conectividad de coberturas boscosas en 60 predios de familias del Comité de Cultivadores de Cacao en Sistemas Agroforestales de Florencia, Comcaflor y del Comité de Cultivadores de Cacaoteros y Reforestadores de Puerto Rico, Cocarep para lo cual, los menores fueron capacitados en educación, liderazgo ambiental y monitoreo a la biodiversidad.
“Empezamos a trabajar haciendo avistamiento de aves, instalación de cámaras de foto-trampeo que las manejaban directamente los jóvenes; los niños de las escuelas rurales, los involucramos e hicimos unas jornadas, formulamos estrategias pedagógicas, ahorita no se habla solo de producción de cacao, sino que se habla de protección y conservación de la biodiversidad”, explicó José Emir Rodríguez, profesional de la Red Cacaotera.
Este proceso ha arrojado resultados positivos en recopilación de información asociada a la flora y la fauna silvestre y la importancia de estas en las dinámicas del ecosistema natural a partir de los bienes y servicios ecosistémicos prestados.
“Observamos un guatí, zariguellas y algunos monos”, narra Kevin, sobre lo que han podido ver a través de registros hechos en las cámaras de foto- trampeo, de las cuales, los adolescentes son los encargados de recopilar el material obtenido.
Así mismo, es de señalar que los jóvenes involucrados en el proyecto, ahora se encargan de las labores culturales en los cultivos de cacao.
“Significa hacer las podas, venir semanalmente a hacer el control de plagas, de moniliasis, de Phytophthora, la limpia, todo lo de postcosecha que es coger el fruto maduro, llevarlo allá a hacer el proceso de fermentación del secado”, explica Kelly Johanna Granja, la mamá de Kevin, quien para motivarlo ya le entregó un lote para que tenga su propio cultivo.