Aventura de los motociclistas gorzoneños en límites de Huila y Caquetá.
Hace una semana un grupo de 11 motociclistas extremos emprendió una travesía por una zona inhóspita entre el Huila y el Caquetá, lo que inicialmente se programó como una jornada de amigos de un día, se convirtió en una larga aventura que se extendió por más de 72 horas, cuando todos lograron regresar al centro del vecino departamento.
La agreste cordillera y los caminos de herradura que estaban en las peores condiciones por las fuertes lluvias y sumado al abandono de esta apartada región de la zona rural de Florencia, generaron serias dificultades al avance de la travesía, el combustible y las provisiones rápidamente escasearon, fue ahí cuando la amabilidad y la hospitalidad que caracteriza a los caqueteños salió a flote, la ayuda de los lugareños fue la única opción para que los motociclistas pudieran lograr salir bien de la situación extrema en la que estaban. Los familiares de los deportistas vivieron horas de tensión al no conocer la suerte de sus seres queridos.
Lente Regional habló con uno de los motociclistas que vivió lo que es atravesar la cordillera y llegar a Florencia a pesar de las dificultades del camino, Juan Carlos Martínez es uno de los “endureros” que participó en la travesía y contó lo ocurrido.
“Salimos el día sábado 13 de enero a las 6 de la mañana desde Garzón rumbo a Remolinos en el Huila, a ese lugar llegamos a las 10 de la mañana, ahí tanqueamos y compramos algo de comer y salimos por la trocha rumbo a Año Nuevo, ese era nuestro objetivo porque nos dijeron que estaba en verano, resulta que avanzamos, pero la trocha estaba en muy mal estado porque había llovido, tuvimos muchos inconvenientes”, relató el motociclista extremo.
Hospitalidad de los habitantes de la zona rural de Florencia.
La amabilidad de los habitantes de la zona por donde pasaron los “endureros” fue clave para superar las dificultades que se encontraron en el recorrido, así lo aseguró Juan Carlos Martínez “el primer día paramos y en una casa nos vendieron cuajada, pudimos comer algo y descansamos, después seguimos avanzando pero nos cogió la noche, por allá entonces nos brindaron algo de comer, la gente muy amable afortunadamente pudimos quedarnos en una casa, resguardarnos de la lluvia, íbamos cansados, llevábamos lo necesario para un día, no íbamos preparados para pasar ni una noche”.
La preocupación de los familiares era otra prueba de los aventureros, “el domingo arrancamos por la trocha, avanzamos, llegamos a una casa donde nos vendieron comida y gasolina, ya en la noche llegamos hasta la vereda Ramos, luego de pasar por la selva, llegamos a donde un señor que nos dio de comer, nos permitió lavar nuestras pertenencias. Ya la mañana del lunes estábamos todos preocupados porque presentíamos que nuestras familias tenían preocupación ya que en esa zona no hay señal de celular para avisar cómo nos encontrábamos, yo salí con otro compañero a un lugar conocido como Año Nuevo o La Bodega como lo llaman, también salimos con un amigo que estaba algo enfermo y la moto se le había varado, allí compramos algo de gasolina y nos llevamos al compañero en las motos hasta el Terminal de Florencia y nosotros seguimos en las dos motos hasta Garzón”.
Finalmente los otro 8 motociclistas salieron en la noche del lunes con la ayuda del Ejército y algunos familiares, los deportistas aseguraron que no estuvieron perdidos, que la demora fue por lo agreste del terreno y anunciaron que volverán a intentar cumplir con la travesía, finalmente agradecieron a quienes los ayudaron.
Fotos suministradas.